martes, noviembre 30, 2004

Ay, Nena

Nena, ¿quieres dejar de llorar?!
Mira qué fea estás.

¡¿Qué?! ¡Yo no lloro, Viejo!
¡Las niñas no deben llorar!
¡Yo no he llorado en mi vida! ¡Nunca!
¡No lloraré jamás!

Ay, Nena,
tu vida.
Volar y volar.

No lloraré nunca, Viejo. Jamás.
Las niñas no deben llorar.
Es que hoy tengo que pensar.

Nena,
¿y cómo vas esos tus ojos a arrugar?

Ayúdame, Viejo.
Sí. Tú me puedes ayudar.
Aquel niño tan guapo,
que venía las tardes a jugar,
me vino esta mañana,
en la cara a pegar.

Ay, Nena,
no llores más.
Que sólo hace falta para morirse,
vivo estar.

lunes, noviembre 29, 2004

Dibujo

Dibujo dedo que quiero subir a volar.
Lo dibujo. Que quiero.
Dibujo que quiero.
Volar a subir, quiero.
Eso dibujo.
Dedo,
vuela,
que quiero.
Que quiero,
sube,
que vuela.
Dedo. Quiero.
Volar a subir quiero
que dibujo.

Dibujo.

Quiero.

viernes, noviembre 26, 2004

La postura

Visión ajustada. Espalda recta. Bien, comienza a escribir. Se requiere un estado físico -no metafísico- para proferir mentiras de este tipo. Me distraigo. Estoy distraída. Distraída de las mentiras de la metafísica mala. Y escribo con esa distracción. Escribo que estas curvas son mentira y que sólo ver mi preciosa letra vale la pena. Es líquido, me desconcierta. Me desconciertan todos los espejos. Me desconcierta cada palabra que les pido que digan. Dicen, dicen, qué no callen. Yo escucho todo el vacío. Qué placer oírles. Qué placer. Pero! Me miran: error: y callan. Y yo pido que sigan contándome, y se avergüenzan. Entonces me toca mentir, soplar, hurgar, fingir, buscar. Gracias a Dios: otra palabra! Música que me hace bailar en el vacío, ya no tan perfecto, algo hueco, pero con sabor a agua todavía sus palabras que las sienten y yo escucho. Este placer provocará la mentira hasta que nos agotemos, se sabe y se calla y se encuentra la postura y se escribe. Dibujo mi letra. Líneas curvas.